Cartel 9º Torneo Padel 2022. El sábado 1 de Octubre tuvo lugar el IX Torneo de Pádel de la Asociación FpA en las instalaciones del RACE.
Resultados IX Torneo de padel 2022:
Categoria 1ª Masculino: campeones: Alfonso Nadal y Jorge Martinez; 2º : Hector Ortin y Daniel Vigara y 3º: Miguel Angel Garcia Brito y Carlos Fernandez; Consolación 1ª: Diego Martinez-Alcoltores y Jorge Prades
Categoria 2ª: campeones Angel Cabello y Pablo Embid y 2º puesto Juan Sanchez y Jose Maria
Encuentro con Eduardo Drabble, sacerdote de San Juan
Bosco, en las Villas de Buenos Aires y Romina ‘Rucu’
Escalante, colaboradora del Hogar de Cristo.
LUNES 6 DE MAYO DE 2019 a las 20:30
C/ Suecia 92, 2022 Madrid
En buenas manos (Pupille, Francia-Bélgica, 2018) Estreno: 1 de mayo
Dirección y guion: Jeanne Herry Duración: 107 min. Música: Pascal Sangla Fotografía: Sofian El Fani Intérpretes: Sandrine Kiberlain, Gilles Lellouche, Elodie Bouchez, Olivia Côte, Clotilde Mollet, Jean-François Stévenin, Bruno Podalydès, Miou-Miou
El 26 de agosto de 2018 se estrenó En buenas manos en Francia, donde ya la han visto más de ochocientos mil espectadores. Con el título original de Pupille, este largometraje de Jeanne Herry obtuvo siete nominaciones a los Premios César de la Academia de Cine francesa, incluyendo mejor película y mejor directora. Jeanne Herry es la hija de la famosa actriz Miou-Miou, que tiene un pequeño papel en el film.
La película sigue el proceso de
adopción de Theo, un recién nacido, desde el momento en que su madre
embarazada, Clara (Leila Muse) decide no quedárselo cuando nazca, hasta el
momento de su adopción por Alice (Élodie Bouchez), una mujer de cuarenta años
con una historia difícil. Este recorrido incluye los meses que el niño pasa en
un acogimiento de urgencia en la casa de Jean (Gilles Lellouche). Todos estos
pasos son acompañados por distintos técnicos y trabajadores sociales de la
Administración del departamento de la Bretaña francesa donde viven los protagonistas.
En buenas manos describe minuciosamente este delicado camino en el
que son decisivos los informes y evaluaciones de los distintos agentes que
intervienen en el proceso. Es la radiografía de un proceso administrativo que
tiene entre sus manos el destino de un niño y el futuro de varios adultos.
Objetividad y subjetividad se dan la mano en las deliberaciones y decisiones
que buscan un final feliz con el vértigo y las dudas inherentes a este tipo de
situaciones. Lo más interesante es cómo el guion de Jeanne Herry armoniza
perfectamente el drama humano con los protocolos administrativos en un guion admirablemente
trabado. Vamos a repasar sucintamente los distintos pasos, tal como los
presenta el film.
Primer paso: la renuncia al hijo
1.Clara: una maternidad
herida. Clara tiene 21 años, está estudiando su carrera, no sabe quién es
el padre de su hijo, con el que tuvo una relación esporádica una noche de
fiesta, y no se siente capaz de ser madre en sus actuales circunstancias.
Decide dar a luz de forma anónima y entregar a su hijo en adopción. La película
describe muy bien el pánico existencial de la joven, pero a la vez su nobleza
de corazón, que le hace desear la felicidad para su hijo, al que espera conocer
algún día y sueña con que Theo pueda llegar incluso a sentirse orgulloso de
ella. El film no la juzga ni la justifica, sólo la comprende y la expone tal
cual ante los ojos del espectador para que podamos compartir su dolor y su
angustia. Ella no sabe cómo posicionarse frente a su hijo ya nacido: no quiere
verle, ni cogerle, pero a la vez quiere despedirse de él. Un estado de
confusión y miedo fácilmente comprensibles.
2. Mathilde: el ángel de la guarda. Clara está afrontando la soledad
más grande de su vida. Ni sus padres ni nadie saben que ella está embarazada y
dando a luz para abandonar a su hijo. La actriz de teatro Clotilde Mollet
interpreta a Mathilde, la asistente social designada para acompañar a Clara en
este trance, encargarse de todos los documentos destinados a custodiar su
identidad y dejar al bebé legalmente preparado para el siguiente paso, su
tutela por parte de la administración. Mathilde va a tratar de humanizar este
momento tan dramático, creando un espacio emocional en el que Clara pueda
repensar su decisión y animándola a establecer con el bebé algún tipo de
relación, un mínimo vínculo sanador. Clara va a hacer lo que pueda, incluso va
a dejarle escrita una carta por si en el futuro Theo desea reencontrarla.
Mathilde es la discreción y delicadeza personificadas, pero a la vez
escrupulosa profesional y muy pedagógica y clara en sus mensajes e
informaciones legales. Más adelante, cuando supuestamente el caso esté cerrado
para ella, volverá a reabrirlo más allá de sus obligaciones para tratar de atar
algún cabo suelto que pueda ayudar al bebé.
Segundo paso: el acogimiento de urgencia
3.Jean: el padre de acogida
todoterreno. Jean está casado con Laure (Anne Suárez), tiene una hija biológica
y dos adolescentes acogidos con serios problemas psicológicos y conductuales.
Pero él también está adscrito al programa de acogimientos de urgencia, por el
que recibe una dotación económica para ocuparse de bebés durante unos meses
hasta que les encuentran familias de adopción. De hecho, ese programa exige que
ese sea su trabajo, es decir, Jean no puede tener otra ocupación laboral. Laure
trabaja y Jean es el amo de casa. Él se ocupa de la comida, la limpieza y la
colada. Después de descartar varias familias, la administración le propone a
Jean acoger a Theo. Al principio rehúsa porque sus hijos acogidos le tienen
agotado y quemado. De hecho se ha vuelto escéptico y duda de la utilidad de los
acogimientos. Pero es su esposa la que le convence de que acepte. Jean va a
desplegar unas habilidades paternales fantásticas y va a conseguir un apego muy
saludable con el niño.
4.Karine, la técnico
encargada del acogimiento. Sandrine Kiberlain interpreta a la educadora
responsable del seguir el acogimiento de urgencia de Theo. Ella ya tiene una
larga relación profesional con Jean, que se ha convertido en una sincera
amistad. Su confianza en Jean ya no es meramente “científica”, sino que se basa
en una certeza moral sobre sus cualidades humanas. Esto es importante porque en
principio, sobre el papel, Jean no es el candidato idóneo, dadas sus actuales
circunstancias de cansancio y desaliento. Pero los hechos demostrarán que la
intuición de Karine no estaba equivocada.
Tercer paso: la adopción
5. Alice, mucho años esperando ser madre. Alice tiene una familia
clásica con varias hermanas y buena relación con su viudo padre. Como a los
treinta años empieza a vivir con su novio. Tras intentar infructuosamente tener
hijos, se diagnostica su esterilidad. Tras probar varias técnicas, deciden
adoptar. Se casan y empieza el proceso de idoneidad. Conseguida esta, el
proceso se trunca por el divorcio de la pareja. Ella sigue deseando adoptar,
pero el proceso debe empezar de cero, ya que se acaba de aprobar la adopción
monoparental. Su trabajo con discapacitados le lleva a abrirse a la adopción de
niños con necesidades especiales. Por su edad, cuarenta años, está convencida
de que ya no le van a dar un bebé.
6. Lydie, la técnico de adopciones. Olivia Côte interpreta a este
personaje al que siempre toca bailar con la más fea. Ella evalúa parejas y a
muchas le toca decirles que no son idóneas, con las desagradables situaciones
que ello conlleva. Lydie va a defender el expediente de Alice en la Comisión de
Tutela frente a expedientes que cuentan con más apoyos que el suyo. Su
implicación personal va a ser decisiva en el éxito del proceso.
La preocupación por el vínculo
Todos estos pasos están
atravesados de una preocupación subsistente: que no haya huecos en la
experiencia afectiva del bebé. El objetivo es que en ningún momento sienta el
vacío del abandono, la ausencia de alguien a quien apegarse. La directora del
film dice haberse inspirado en la lectura de la famosa psicoanalista infantil
Françoise Dolton, y ello explica ciertas escenas en las que vemos a los
distintos técnicos convencidos de que el bebé es capaz de asimilar en clave
afectiva determinados mensajes. El niño debe pasar de su madre biológica a su
madre adoptiva sin rupturas traumáticas. Aunque sea muy complicado, cuanto más
se consiga, más se agradecerá al llegar la época de la adolescencia.
Conclusión
Estamos ante una de las mejores
películas que se recuerdan sobre el mundo del acogimiento y de la adopción. Su
disección de los procesos administrativos, a la vez que su profundización en
los dramas humanos de los personajes son realmente lúcidas. La película muestra
un sistema que funciona bastante bien y que muestra un ideal de trabajo
profesional realmente interesante. Un film ideal para trabajar por técnicos y
trabajadores sociales implicados en el ámbito de la protección del menor.
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